Hay algunas enfermedades que son transmitidas predominantemente por garrapatas y/o moscas que viven en la región mediterránea. Sin embargo, cada vez hay más casos de enfermedades en perros que se ha demostrado que nunca han salido de Alemania, por lo que hay que suponer que las llamadas enfermedades «mediterráneas» también han llegado ahora a Europa Central.

Todos nuestros perros se someten a pruebas de enfermedades mediterráneas dependiendo de la región. Si un perro da positivo en una o varias de estas enfermedades, se hará constar en la descripción y en el contrato de protección del perro. En caso de resultado positivo, la terapia ya se inicia en España y suele completarse antes de que el perro llegue a Alemania. En estos casos, recibirás información detallada por nuestra parte sobre el tratamiento correcto de estas enfermedades.

Por favor, ¡ten siempre en cuenta las enfermedades mediterráneas!

Es posible que el perro sea portador, por ejemplo de leishmaniosis, a pesar de un test inicial negativo, y que la enfermedad sólo se manifieste al cabo de los años.  Por supuesto, esto no tiene por qué suceder, pero ha ocurrido en casos individuales, por lo que nos gustaría señalártelo y hacértelo saber.

Con un tratamiento a tiempo, todas las enfermedades son tratables, pero es imprescindible reconocer los síntomas. Muchos veterinarios no están familiarizados con las enfermedades mediterráneas, por lo que lamentablemente en algunos casos no se reconocen los primeros signos de una enfermedad y el perro recibe un tratamiento incorrecto.

 

Por lo tanto, asegúrate de:

  1. Volver a realizar las pruebas de enfermedades mediterráneas entre 4 y 6 meses después de la llegada a Alemania.

Te pedimos expresamente que realices un análisis de sangre (chequeo mediterráneo) a ttu perro entre 4 y 6 meses después de su llegada a Alemania. Aunque los resultados sean negativos, recomendamos realizar análisis de sangre a intervalos de un año para detectar posibles cambios a tiempo.

  1. Reconocer los síntomas / encontrar el veterinario adecuado

Presta especial atención a los cambios en el estado de salud de tu perro y, en caso de enfermedad, pide a tu veterinario que compruebe si pueden descartarse con seguridad las enfermedades mediterráneas como causa.  Pregunta a tu veterinario sobre su experiencia con las enfermedades mediterráneas y cambia de doctor si es necesario.

  1. Vacaciones en el extranjero

Recuerda que tu perro también puede infectarse durante una estancia de vacaciones en el sur de Europa. Tu veterinario puede darte más información sobre la protección contra garrapatas y flebótomos.

  1. Contacta con nosotros

Ponte en contacto con nosotros si a tu perro se le ha diagnosticado una de las enfermedades mediterraneas, porque, por supuesto, estamos a tu disposición en cualquier momento (¡incluso después de la adopción!).

 

 

Leishmaniosis

(Zonas endémicas: región mediterránea, sur de Europa, norte de África)

La leishmaniosis es una enfermedad canina grave que suele ser mortal si no se reconoce y trata a tiempo. Los llamados mosquitos de la arena o mariposa transmiten con su picadura diminutos parásitos unicelulares (Leishmania infantum), pero no todos los perros infectados enferman. Muchos perros son portadores del patógeno de por vida sin ninguna restricción sanitaria.

Sin embargo, cuando la enfermedad estalla, hay signos bastante claros:

  • Apatía y agotamiento
  • Fiebre
  • Pérdida de peso por falta de apetito
  • Hemorragias nasales
  • Diarrea grave y vómitos
  • Lesiones cutáneas (que pueden confundirse con sarna o infestación por ácaros Demodex) como caspa y costras, especialmente en los bordes de la nariz y las orejas. También entre las almohadillas y en las articulaciones y prominencias óseas.
  • Conjuntivitis, inflamación de la córnea.
  • Ictericia
  • Dolor articular con cojera
  • Inflamación renal
  • Aumento del crecimiento de las garras, garras quebradizas.

Rara vez estos síntomas se presentan juntos, normalmente sólo algunos de ellos y en diferentes combinaciones. Por lo tanto, es aún más importante estar muy atento a los síntomas mencionados y, para mayor seguridad, acudir al veterinario una vez de más y no demasiado tarde para obtener un diagnóstico definitivo (análisis de sangre, título).

Tal y como están las cosas hoy en día, la leishmaniosis no puede curarse, pero puede tratarse. Incluso un perro que haya dado positivo en las pruebas de leishmaniosis o que la padezca puede llevar una vida normal con el tratamiento adecuado.

 

Ehrlichiosis

(Zonas endémicas: desde el centro de Francia hacia el sur, todos los países mediterráneos europeos, incluido Portugal).

Muchos perros en España padecen ehrlichiosis. Esta enfermedad suele transmitirla la extendida garrapata marrón del perro, de ahí su prevalencia.

En la ehrlichiosis, los agentes patógenos se multiplican en las células del sistema inmunitario. Al principio, la enfermedad se deja ver a través de cansancio y bajo rendimiento, más tarde se producen hemorragias (por ejemplo, en la nariz). Sin embargo, esto no debe asustarte, porque la ehrlichiosis puede tratarse muy bien si se detecta a tiempo. El perro recibe un antibiótico durante un periodo de tres a cuatro semanas, tras el cual la ehrlichiosis suele estar curada.

 

Babesiosis

(Zonas endémicas: Alemania, países mediterráneos, Balcanes y regiones tropicales y subtropicales de África y Asia).

La babesiosis también se conoce como «malaria canina». Los agentes patógenos de la babesiosis son transmitidos por garrapatas. Son organismos unicelulares que se multiplican en los glóbulos rojos del perro y los destruyen. Esto provoca, entre otras cosas, anemia e ictericia. La destrucción de las células va seguida de reacciones inmunitarias violentas, que complican considerablemente la enfermedad. Los síntomas son fiebre alta y palidez de las mucosas.

Entre la infección y el brote de la enfermedad transcurren de cinco días a cuatro semanas. La babesiosis suele tratarse con medicamentos antipalúdicos y puede curarse si se detecta a tiempo.

 

Dirofilariosis (gusanos del corazón)

(Zonas endémicas: región mediterránea, sur de Europa, norte de África. Debido a los cambios climáticos, es posible que en el futuro la filariosis también se dé en el sur de Alemania).

La enfermedad la transmiten los mosquitos. La causa son ascárides que anidan bajo la piel, en el tejido conjuntivo entre órganos, en los ganglios linfáticos, en el corazón o en grandes vasos sanguíneos. Algunas hembras pueden crecer hasta 30 cm de largo. En los casos leves, la enfermedad suele notarse por la tos. El tipo de tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. En la mayoría de los casos, se administra un fármaco para matar los gusanos adultos y las microfilarias. En casos muy graves, los gusanos deben extirparse quirúrgicamente.

 

Enfermedad de Lyme

(Zonas endémicas: Europa Central).

La enfermedad de Lyme es, con diferencia, la enfermedad transmitida por garrapatas más común en Europa Central. Al igual que los humanos, los perros también pueden enfermar, mientras que los gatos parecen incluso insensibles a la Borrelia. La enfermedad de Lyme en perros suele manifestarse de forma inespecífica con falta de movimiento, desmayos o fiebre. Más tarde, aparece una inflamación articular. La infección por Borrelia sólo suele producirse después de que una garrapata infectada haya chupado sangre durante 12 a 24 horas. Por lo tanto, debes revisar regularmente a tu perro en busca de garrapatas y retirarlas cuidadosamente con unas pinzas especiales para ello. Si tu perro sigue infectado por el patógeno, la enfermedad se puede tratar bien con antibióticos.

 

Hepatozoonosis

(Zonas endémicas: sur y centro de España, Portugal, Islas Canarias. Raramente en Grecia, Italia y Francia)

La hepatozoonosis se introdujo en la región mediterránea procedente de África y se transmite por ingestión y digestión de la garrapata marrón del perro. Los perros jóvenes y debilitados son especialmente susceptibles a la hepatozoonosis. Los patógenos atraviesan la pared intestinal y llegan así al bazo, el hígado, la médula ósea y después a los músculos y los pulmones a través de la sangre y la linfa. Los protozoos se instalan en los órganos internos y la médula ósea del perro, alterándolos. Los síntomas son: fiebre, pérdida de apetito, debilidad muscular, dolor muscular, inflamación de los ganglios linfáticos y diarrea sanguinolenta. Actualmente no existe un régimen de tratamiento estándar. El pronóstico de los perros afectados es incierto y poco conocido, ya que algunos perros se recuperan espontáneamente pero otros mueren.

La hepatozoonosis no puede detectarse en los meses invernales de diciembre y enero. Por lo tanto, si los síntomas encajan en el cuadro clínico de la hepatozoonosis, pero la prueba se realiza cuando la garrapata está «durmiendo», habrá un resultado de falso negativo. La hepatozoonosis suele aparecer en compañía de coinfecciones. Por lo tanto, un perfil de viaje completo según el país de origen es esencial para el diagnóstico.

 

Anaplasmosis

(Zonas endémicas: Suecia, Dinamarca, Noruega, Inglaterra, Alemania, Holanda, Polonia, Hungría, Austria, Suiza, República Checa, Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Francia, norte de España y norte de Italia).

La anaplasmosis no es una enfermedad típicamente mediterránea, ya que la transmite la garrapata de la madera y, por lo tanto, se encuentra principalmente en el norte de Europa y sólo en algunas partes de Europa central. Sólo el norte de España sigue siendo una zona endémica. La anaplasmosis es fácilmente tratable si se detecta a tiempo. Al perro se le administra un antibiótico durante un periodo de tres a cuatro semanas, tras el cual la anaplasmosis suele estar curada.

 

Traducción: Myriam Wälde-Behning
Edición: Teresa Freire Brito

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